lunes, enero 31, 2005

Desafuero

En jueves de la semana pasada Andrés Manuel López Obrador dijo textualmente que, en el caso de su probable desafuero y posterior juicio, las autoridades que lo van a juzgar “tienen que atenerse a la fuerza de la opinión pública”.

O sea que las leyes no importan, sino los rangos de popularidad del acusado.

Con ese argumento no importa que se violen las leyes. Lo que importa es quién las viola. Si el infractor es popular, entonces no hay que castigarlo. Popularidad mata legalidad, es la divisa del jefe de Gobierno

miércoles, enero 19, 2005

¿Y así quiere ser presidente?

Segundos Pisos

Ezra Shabot

Sin duda que éste es un país de ocurrencias. La planeación de cualquier proyecto termina por convertirlo en algo que se queda en el papel y difícilmente puede ponerse en práctica debido a la gran cantidad de obstáculos reales e imaginarios que se atraviesan en el camino. Por lo tanto es mejor funcionar a partir de ideas brillantes que de momento aparecen en las mentes de políticos iluminados, y terminan por convertirse en realidades a cargo de contribuyentes cautivos sin voz ni voto. Así, mientras una de las prioridades en la capital del país sigue siendo el transporte público en sus diversas modalidades, una ocurrencia llevada ante el jefe de Gobierno se convirtió en "el proyecto del sexenio".

De esta forma, cuando un grupo de desarrolladores quiso congraciarse con López Obrador por su apoyo brindado en la expansión de sus negocios, le propuso la idea de un segundo piso en el Periférico, en un proyecto totalmente clasista, destinado a beneficiar a los poseedores de automóviles y no a la población mayoritaria de la ciudad. La ocurrencia llevó a la creación de un fideicomiso cuyo funcionamiento se desconoce, y que movió millones de pesos para construir una alternativa que pronto será obsoleta. Como todo político en campaña, lo importante era encontrar una obra que luciera, y de la cual pudiera presumir ante los medios, y ésa era el segundo piso.

Cuando lo imprescindible en la ciudad es un transporte público eficiente que pudiese sustituir a las combis y peseras que contaminan y representan una amenaza para la seguridad de todos, y en donde la ampliación del Metro es indispensable para ello, el segundo piso se convirtió en símbolo de una administración que lucha porque los videos y la corrupción reinante en sus distintas áreas sean olvidados gracias a obras monumentales destinadas a mejorar parcialmente la vialidad. Mientras en Estados Unidos y Europa los segundos pisos son derribados y sustituidos por pasos a desnivel, con la intención de darles una mejor fisonomía a las ciudades, al mismo tiempo que se mejora sustancialmente el tráfico de vehículos, en la capital del país un proyecto político-empresarial termina por darle un empujón más a una ciudad desquiciada por la falta de planeación y las ocurrencias sexenales.

Y a los segundos pisos les siguen también segundos discursos. Por un lado se sigue hablando de la honestidad de un gobierno hundido en una red de corrupción e ineptitud, y por otra parte se asume que este fenómeno no tiene nada que ver con la figura de Andrés Manuel. Ya sea por tener conocimiento de estos hechos, o por omisión o negligencia, el jefe de Gobierno es responsable de estos abusos. Si el proyecto alternativo de nación que viene presentando por todo el país es semejante a la forma de gobernar el Distrito Federal, en donde la falta de transparencia es la constante, entonces estamos muy lejos de ver en él a la alternativa al gobierno foxista.

Y si el fracasado programa de reemplacamiento no fuera suficiente para entender el grado de ineptitud de las autoridades capitalinas, entonces habría que mirar los recibos de impuesto predial que llegan a las casas con aumentos de 40 a 50 por ciento, en espera de que un buen número de capitalinos no reclame, para poder financiar así el escandaloso gasto y endeudamiento de un gobierno sin disciplina financiera y mucho menos transparencia en sus arcas. La idea de que cualquier crítica que se haga representa un intento de sacar a López Obrador de la carrera presidencial, es sólo parte de un discurso autoritario que pretende justificar la incapacidad política y administrativa, sin tener que rendir cuentas por ello.

El hecho de que la popularidad del jefe de Gobierno se encuentre alta, a pesar de sus descalabros, no puede ser argumento para sostener que es ilegítimo ejercer el derecho de crítica porque esto representa ser parte del complot orquestado por sus enemigos, debido precisamente a su alto grado de aprobación. Son éstas las razones que esgrimen los autócratas como Chávez en Venezuela para intentar silenciar a la oposición. Además, la carrera presidencial apenas comienza, y pronto veremos movimientos bruscos a la alta y a la baja en las preferencias electorales de la ciudadanía.

La urgencia de Andrés Manuel por inaugurar el segundo piso, esté terminado o no, se basa únicamente en el temor que le causa el posible desafuero que podría inhabilitarlo como candidato a la Presidencia. En este caso, otro sería el beneficiario de esta cuestionada obra, e incluso el peso político de la misma se podría desvanecer en medio de la tormenta que el desafuero provocaría. Los propios partidarios de Cuauhtémoc Cárdenas en el PRD piensan seriamente en la forma de evitar una candidatura como la de López Obrador, basada en alianzas con los "bejaranistas" y sectores afines a esta tendencia, los cuales ya han postulado a Martí Batres como su candidato a la jefatura de Gobierno capitalina.

El segundo piso del periférico es no sólo producto de la ocurrencia de políticos y constructores, sino también de un aspirante a la Presidencia incapaz de mirar hacia abajo y observar el grado de descomposición de su estructura de gobierno. Y así quiere ser presidente de la República.

martes, enero 18, 2005

¿Podría haber elegido peores colaboradores AMLO?

Las protegidas de Ebrard y Regino

Humberto Musacchio



La historia que aquí se cuenta tiene como escenario el condominio Copilco Residencial 300, el mismo donde habitó hasta hace un par de años Andrés Manuel López Obrador y en el que viven o han vivido personajes de tanta relevancia como la astrónoma Julieta Fierro, Laura Itzel Castillo, el periodista Julio Hernández o el doctor Raúl Henríquez, Premio Nacional de Química.

El conjunto habitacional consta de 17 edificios y 408 departamentos y por cerca de 20 años tuvo una administración con la cual los condóminos decidieron terminar la relación de servicios, pues existían problemas graves, como la inseguridad. Los robos se empezaron a hacer frecuentes y el comité de vigilancia descubrió que entraban sin registrarse algunas personas ajenas al conjunto, como un alto funcionario del gobierno capitalino, quien pasaba a bordo de su vehículo seguido, por supuesto, de otro coche repleto de guardaespaldas.

El comité de vigilancia llamó al jefe de los guardias de la entrada y le preguntó por qué dejaban pasar al ostentoso visitante sin exigirle la indispensable identificación. La respuesta del policía fue elocuente: ¿Pos cómo van a creer que le voy a pedir identificación a mi jefe? "¿A su jefe?", le reviró sorprendido un miembro del comité. Sí -agregó el jenízaro-. ¿No ve que es el señor Marcelo Ebrard?

En efecto, el entonces secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal era un asiduo visitante del condominio, donde pasaba a recoger a la joven Irma Pérez Bernal, hija de Irma Concepción Bernal Cortés, habitante del departamento 303 del edificio 9, quien se ostentaba como asesora del mismo Marcelo Ebrard.

El asunto no tendría mayor importancia, pero como los guardias insistieran en su actitud, fueron despedidos y ahí empezó contra los condóminos una historia de prepotencia, abusos de autoridad y uso de recursos públicos que continúa hasta la fecha.

A la primera oportunidad, las señoras Bernal estallaron en insultos y amenazas contra el comité de vigilancia, al que denunciaron ante el Ministerio Público de la delegación Coyoacán. En esa ocasión (octubre de 2002), el citado comité respondió presentando una denuncia ante la misma agencia del MP por agresiones y amenazas por parte de las señoras Bernal. Curiosamente, hasta esa agencia del MP llegó un señor a ponerse a las órdenes de las Bernal. Aquel individuo, moreno, de pelo corto, se identificó como Gabriel Regino, y fue tan eficaz, que poco después la demanda fue desechada, aunque en abono de las autoridades hay que decir que lo mismo se hizo con la denuncia de las señoras Bernal.

En julio de 2002, aprovechando un programa del gobierno capitalino que financiaba obras de mejoramiento de los condominios, los habitantes de Copilco 300 decidieron construir una caseta para el personal de vigilancia, instalar puertas eléctricas y un interfón. Terminadas las obras, empezó una campaña difamatoria contra el comité de vigilancia. Se repartieron varios libelos con la firma de Estela María Guadalupe Álvarez Márquez -instigada según los vecinos por las Bernal-, ante lo cual el comité de vigilancia acudió nuevamente a la agencia del Ministerio Público de Coyoacán a presentar denuncia por difamación. La agencia del MP turnó dicha denuncia a las oficinas centrales de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

Citada la señora Álvarez Márquez, acudió a la PGJDF, pero no llegó sola. La acompañaba un tipo que se identificó como Rubén Martínez Carrillo, quien se dijo abogado de la acusada y dio como sus teléfonos el 55-69-60-50 y el 52-42-51-11, los que extrañamente eran de la Dirección de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. Martínez Carrillo es el mismo funcionario que suele acompañar ante el MP a policías acusados de algún delito.

Poco después, el MP determinó el no ejercicio de la acción penal, pero no se lo comunicó a los denunciantes. Enterados éstos, enviaron una carta a Andrés Manuel López Obrador exponiendo las irregularidades en que incurrían los citados servidores públicos, carta que no obtuvo respuesta. Otra carta se envió a Bernardo Bátiz con el mismo resultado y una más a Ebrard, quien extrañamente remitió a los quejosos a la Policía Auxiliar, donde, como era obvio, les dijeron que ahí no trabajaba el señor Martínez Carrillo, lo que ya sabían. Enviaron una nueva carta a Ebrard pidiéndole que explicara por qué personal a su cargo intervenía en un litigio entre particulares y la respuesta oficial fue que se trataba de información confidencial.

Los miembros del comité de vigilancia optaron entonces por denunciar a Martínez Carrillo ante la PGJDF, que se limitó a aconsejarles que acudieran ante la Contraloría de la propia SSP, donde la respuesta que recibieron verbalmente fue que si Diego Fernández de Cevallos litigaba, por qué no había de hacerlo un funcionario del gobierno capitalino. Hasta ahora, la queja no ha tenido más respuesta.

En diciembre de 2003, Estela María Guadalupe Álvarez Márquez presentó denuncia penal (FDF/1T1/1289/03-11) contra dos miembros del comité de vigilancia por malversación de fondos en las obras antes mencionadas. Casi simultáneamente, presentó una queja ante la Procuraduría Social pues en la obra hubo dinero público aportado por el gobierno capitalino.

El comité de vigilancia acudió ante Patricia Ruiz Anchondo, en ese tiempo procuradora social, quien respondió que la contraloría de su dependencia no había encontrado irregularidades, pero se negó a proporcionar esta información por escrito, lo que marcó el principio de una campaña de hostilidad contra los condóminos.

Mientras todo eso ocurría, las señoras Bernal y personas cercanas se dedicaron a insultar, amenazar e intimidar a los vecinos dentro y fuera del condominio, a la vista de todo el mundo, haciendo ostentación de su influencia y su amistad con el señor Ebrard y otros funcionarios del gobierno de la ciudad.

Pese a las amenazas, los condóminos continuaron con sus tareas y fueron a las oficinas de la Procuraduría Social en la colonia Roma para que esta institución avalara las convocatorias a asamblea general. Como ahí se les cerraran las puertas, acudieron a la delegación de la misma Procuraduría en Álvaro Obregón, donde hallaron una actitud constructiva y la asamblea pudo celebrarse el 9 de julio de 2004 con la asistencia del subprocurador de Concertación Social y otros funcionarios.

Como respuesta, las señoras Bernal enviaron a un sujeto de guaruresca catadura, de nombre Pedro Jardón Delgado, quien por no ser condómino fue impugnado por los vecinos, pero se negó a identificarse ante la asamblea y a salir del local, donde se dedicó a interrumpir constantemente la reunión hasta que llegaron las señoras Bernal, quienes insultaron en todos los tonos a los representantes de la Procuraduría Social, a los que desde luego amenazaron con cesarlos. Durante la asamblea, afuera del condominio se mantuvo la patrulla No. 14927, del policía Eric Contreras Galindo, que permaneció en el lugar aproximadamente de las 19:35 del 9 de julio hasta las dos de la mañana del día siguiente. Igualmente estuvo un auto Impala, placas 485 PTN, el que abordaron dichas mujeres al retirarse de la asamblea.

Medio año después, pese a que sólo disponen de tres semanas para resolver en uno u otro sentido, en las oficinas Centrales de la Procuraduría Social se niegan a ratificar a la nueva administración, impugnada por las señoras Bernal y la señora Estela María Guadalupe Álvarez Márquez. Las varias demandas siguen su curso en medio de vergonzosas irregularidades y mientras tanto, las protegidas de Marcelo Ebrard y Gabriel Regino disponen incluso de guardias armados que se transportan en los autos Sentra placas 510 PXE y 809 JAG o en un Impala, Chevrolet, placas 137 PVN.

Los vecinos de Copilco 300 ya saben lo que significa ser víctimas del retorcimiento de la ley, del abuso de las autoridades, de la prepotencia de sus amiguitas y del uso indebido de los recursos públicos. ¿Lo sabrá también López Obrador?

viernes, enero 14, 2005

Los privilegios de Bejarano

Y Bejarano sí era privilegiado.

Hace una semana escribimos en este mismo espacio sobre los privilegios de René Bejarano en el reclusorio sur, a partir de una investigación que originalmente había iniciado el reportero Raúl Flores del Grupo Imagen. También hablamos, a partir de esa información de las relaciones que habría establecido Bejarano con dos conocidos narcotraficantes detenidos en ese reclusorio con objetivos de control y protección.

La reacción del Gobierno del Distrito Federal y de la gente de Bejarano fue casi iracunda. En su conferencia de prensa, Andrés Manuel López Obrador dijo que era mentira, que Bejarano no tenía privilegio alguno, puso por delante su palabra, su honestidad, su ética, aseguró que todos los presos en la ciudad de México estaban recluidos en las mismas condiciones y sin privilegio alguno (lo que es, por lo menos, una expresión de deseos cuando no una flagrante mentira). Luego habló el secretario de gobierno, Alejandro Encinas, que insistió en el tema y aseguró que no había privilegio alguno, informó además que Bejarano estaba en un área común y compartía su celda con varios otros reclusos. A media mañana la esposa de Bejarano, la diputada Dolores Padierna, ofreció una conferencia de prensa en la que negó que hubiera cualquier tipo privilegio para su marido y repitió que todo es parte de la campaña de desprestigio en su contra realizada “desde la secretaría de gobernación”.

Ello pese al cúmulo de datos que demostraban exactamente lo contrario. Un par de días después Crónica , con testimonios de guardias de ambos reclusorios, comparó las condiciones en que está detenido René Bejarano en el reclusorio sur y las de Carlos Ahumada en el reclusorio norte. Y luego Reforma mostró las fotos de la celda de Bejarano, con video, DVD y libreros, entre otras comodidades. La noche del miércoles el director del reclusorio sur, Aureliano Buzoianou, presentó su renuncia. Obviamente y para decirlo con suavidad, López Obrador (que puso su honorabilidad y palabra como compromiso de que Bejarano no tenía privilegios), Encinas y Padierna no dijeron la verdad sobre la situación de Bejarano en el reclusorio sur. Ninguno de ellos ha realizado la menor autocrítica ni reconocido que lo dicho aquí y en otros medios era, sencillamente, verdad, ni siquiera han aceptado que se equivocaron, algo que sabemos que está prohibido reconocer en la administración capitalina.

Sólo cabe preguntarnos si ahora investigará alguien la relación de Bejarano con los dos narcotraficantes detenidos en el mismo reclusorio sur de la que aquí también hablamos.

miércoles, enero 12, 2005

Los muertos de AMLO, ya van 27

Hallan otra anciana estrangulada

Suman 27 crímenes contra mujeres de la tercera edad desde el 2003, a la fecha

Por Ricardo Zamora y Luis R. Ocampo
Grupo Reforma

Ciudad de México (12 enero 2005).- La primera víctima de un asesino serial de ancianas o algún imitador en el 2005 es una mujer de 60 años de edad, que fue encontrada ahorcada la noche del martes en su casa de la Colonia Narvarte en Benito Juárez.

Estos crímenes iniciaron en septiembre de 2003 y a la fecha ya suman 27, sin que las autoridades puedan evitar los ataques contra mujeres de la tercera edad.


En los primeros días de este año, también fueron asesinados dos ancianos, y para las autoridades estos hechos no tienen relación con las muertes de mujeres.

"Es un móvil distinto, puede ser que sean imitadores, pero es un móvil distinto, es una forma de ejecución distinta y cuestiones distintas que también se están investigando", dijo el Fiscal Central de Homicidios, Guillermo Zayas, al referirse a los dos ancianos asesinados.

Este miércoles quedó en evidencia la falta de coordinación entre la Fiscalía de Homicidios y las desconcentradas, pues personal de ambas instancias se presentó a la casa ubicada en Cumbres de Maltrata 258-C y ninguno de los dos equipos sabía quien llevaba el mando.

Los investigadores llegaron minutos después de las 21:00 horas del martes, cuando Mario Vera regresó de trabajar y encontró el cuerpo de su madre Julia Vera Duplán con un trozo de tela, al parecer parte de una prenda interior, enredado en su cuello.

La mujer no presentaba otras huellas de violencia y aunque hasta el momento no se ha establecido el móvil del homicidio, se presume que podría haber sido el robo, ya que los cajones del tocador de su recámara se encontraban abiertos.

La última vez que fue vista con vida fue el martes alrededor de las 10:00 horas cuando salió a regar las plantas de un jardín ubicado frente su casa.

Vera Duplán fue descrita por sus vecinos como de carácter reservado e incluso desconfiado; sin embargo, desde hace varios días recorría las calles de su colonia para buscar algún empleo doméstico porque no tenía dinero.

Su mala situación económica la llevó a tener que acudir a un dispensario médico ubicado a dos calles de su domicilio para atenderse de la diabetes que padecía.

"La semana pasada yo me la encontré en la calle y me dijo que estaba buscando trabajo porque no tenía dinero ni para comer, yo hasta le dije que la invitaba pero ella me dijo que mejor otro día", comentó una vecina.

"Ya no volví a saber de ella, porque le cortaron el teléfono y no iba a mi casa".

Personal de la Procuraduría capitalina recorrió las calles aledañas con un catálogo de retratos hablados elaborados con información recabada en otros crímenes de ancianas, en un intento de que algún vecino realizara alguna identificación.

En tanto, peritos realizaron por lo menos un retrato hablado más con testimonios de vecinos de la víctima.

martes, enero 11, 2005

Bejarano sufre!!!!

Ahumada ocupa una celda; Bejarano, 3 y alfombradas

René Bejarano y Carlos Ahumada no sólo fueron colocados en puntos geográficos opuestos (uno está en el Reclusorio Sur y el otro en el Norte), también sus condiciones de vida son desiguales: el primero dispone de tres celdas, goza de agua caliente, seguridad, TV por cable y teléfono. El segundo está en un cuarto de tres por tres metros, vigilado las 24 horas por guardias especiales. Apenas llegó Ahumada a la prisión, el propio encargado de las cárceles en el DF, Martí Batres, detalló que está aislado en una zona de seguridad y es vigilado día y noche por cámaras de video, así como por dos elementos del grupo Tiburón.

—A la zona donde está Ahumada no llega agua casi nunca. No creo que se llegue a bañar dos veces seguidas. Además, a nadie le gusta hacer guardias allí porque huele a caño —cuenta a Crónica un custodio del Reclusorio Norte. Sin embargo, el piso de la celda de “El Tío Bejarano” como lo conocen los reos, tiene alfombra verde. Y hasta menaje: muebles de madera y una cama matrimonial. Además, cuenta con cinco aparatos electrónicos. —Tiene dinero y tiene amigos. Ya sabes que aquí se puede tener todo con una lana o palancas— dice un carcelero que trabaja en el Reclusorio Sur. Y revela que, unos días antes del 27 de noviembre (día del desafuero del ex secretario particular de Andrés Manuel López Obrador) un celador les ordenó a los presos que trabajan en mantenimiento arreglar la estancia para el “nuevo vecino”. —Desde temprano empezaba la chamba y terminaba hasta como a las ocho de la noche. Cinco trabajadores le metieron electricidad, pintura y le pusieron una alfombra verde —relata uno de los reos que acondicionó la celda.

Se trata de las estancias ocho, nueve y diez, ubicadas en la zona tres, dormitorio nueve, de esta cárcel. Ahí vive “El Tío Bejarano”. Esas celdas, aseguran los reos, tienen conexión entre sí y pertenecieron al narcotraficante Gilberto Garza García, alias El güero Gil. Es día de visita y, entre el griterío de centenares de familiares, uno de los presos entrevistados habla en voz baja y voltea de vez en vez para evitar que alguien lo escuche pues “me pueden poner una joda si saben que cuento cuál es la neta aquí adentro”. —También les pusieron unos tablones en todas las rejas. Es para que no se pueda ver hacia adentro —platica mientras otro preso vende unos ceniceros que hizo doblando una tarjeta telefónica. Una de las celdas de Bejarano la usa de dormitorio, la otra es su baño (donde tiene una regadera eléctrica) y la última es su estancia o comedor. El sentir de centenares de reos de este lugar, se reduce a las palabras de Alonso “N”: —Tiene equipados más chidos sus tres cuartos que toda mi casa. Alonso arregló la celda y recuerda que colocó una pantalla de plasma de 21 pulgadas, “con todo y cablevisión”, un equipo DVD, otro de sonido, un horno de microondas y un pequeño refrigerador.

Teléfono no fue necesario porque desde que llegó tenía un celular. Visitas. A diferencia del resto de los reclusos, Bejarano recibe cualquier día y en el horario que deseé a su esposa Dolores Padierna. Y a su arribo ella no hace fila ni pasa por los cinco filtros de seguridad. —Sólo podemos venir en día de visita, pero ella entra diario. Además estamos aquí en revisión hasta dos horas y la señora llega y se mete. A nosotras nos manosean según que para revisarnos y ella como si nada —expresa una señora que hace fila en la aduana donde una mujer mal encarada entrega los permisos para ingresar. Bejarano no recibe a sus visitas en los patios asignados. No tiene que sentarse en el piso sobre cobijas o en sillas que ahí se rentan. Crónica pudo comprobarlo. El pasado jueves, la diputada Dolores Padierna y su hija menor visitaron al ex diputado cerca de las dos de la tarde. Poco después, llegó el líder del PRD en el DF, Agustín Guerrero, pero a ninguno de ellos se le vio en el patio junto a todos los reos. —Ponen a los compañeros a que la acompañen hasta su estancia —platica un celador que está en la aduana del lugar. Y explica que a dicha celda no puede acceder el resto de la población. Tres custodios impiden que cualquiera se acerque.

Los horarios son otro de los privilegios de Bejarano. Un hombre que paga 10 pesos a los custodios para poder faltar al pase de lista cuenta que “si nosotros no estamos a la hora para pasar lista o a la hora de comida nos castigan. Pero el señor hace lo que quiere”. De hecho, ni siquiera come los alimentos elaborados en las cocinas del reclusorio. Un carcelero asegura que “su gente” le lleva todos los platillos que le apetecen, los cuales degusta a la hora que quiere. El Empresario. Y mientras Bejarano tiene todos esos beneficios. Carlos Ahumada vive en un cuarto similar a aquél en el que el ex diputado se embolsó miles de dólares que él le entregó. Mide tres por tres metros y es grabado las 24 horas del día por un sistema de circuito cerrado. En su celda sólo tiene una parrilla eléctrica, un pequeño radio, algunos libros, y, a decir del subsecretario de gobierno, Martí Batres, los artículos de limpieza que le dieron al ingresar al centro de reclusión. —Tiene una mesa de metal y ahí tiene sus cosas. También varios libros acomodados en una litera que no usa —comenta un celador del Reclusorio Norte, quien relata que su baño mide menos de dos metros cuadrados.

Y el lugar, ubicado en el dormitorio cinco, está inundado por un olor a drenaje y putrefacción. Y es que hasta esa zona de la cárcel no llega el agua a diario. La esposa de Ahumada, Cecilia Gurza, debe formarse cada vez que desea entrar a ver al empresario. Así lo hizo alguna vez junto con la ex perredista Rosario Robles. A pesar de que Ahumada está en un área de alta seguridad, sus abogados aseguran que en diversas ocasiones ha sido insultado y amenazado por otros presos. No hay ninguna diferencia, dice Encinas El secretario de Gobierno, Alejandro Encinas, negó ayer que René Bejarano, ex secretario particular de Andrés Manuel López Obrador, goce de trato VIP en el Reclusorio Sur, donde se encuentra preso. “Vamos a aplicar estrictamente el reglamento, nadie puede tener ningún privilegio, ninguna prerrogativa adicional, más que las otorgadas por el propio reglamento del sistema penitenciario”, dijo en conferencia de prensa. Incluso aseguró que las condiciones en las que el perredista vive dentro del penal no son distintas de las que tiene en el Reclusorio Norte el empresario Carlos Ahumada, quien le dio el dinero que Bejarano retacó en su maletín.

El funcioanrio consideró que “no hay que dejarse llevar por las especulaciones y las suspicacias, hay que ser muy objetivos y tomar las medidas necesarias”. —¿Qué diferencia hay, en cuanto a espacios físicos, que estén en un área o en otra? —Ninguna... —¿Las celdas son del mismo tamaño? —Son exactamente, no hay otro tipo de celdas, todas son de un solo tipo en los penales. (Raymundo Sánchez)

jueves, enero 06, 2005

Bejarano ¿en la carcel?

Ayer, el jefe de gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador dijo que aceptaría que las fuerzas militares intervinieran, si fuera necesario, en los reclusorios dependientes del Distrito Federal. En realidad, la militarización de los reclusorios no es la solución para la creciente corrupción de los reclusorios locales y federales, puede ser una salida de corto plazo, pero los problemas son mucho más profundos y no se resolverán con la intervención militar: lo que se debe exigir son acciones que rompan con los privilegios que tienen distintos detenidos que se convierten así en los verdaderos dueños del penal, lo que deciden y actúan dentro del mismo por encima de cualquier autoridad.

En los últimos días se ha hablado mucho del control de Osiel Cárdenas sobre el reclusorio de La Palma. En el pasado, en este mismo espacio, hablamos de cómo controlaba Joaquín El Chapo Guzmán el penal de Puente Grande o como la banda de Los Texas fiscalizaba, incluso con sistemas de video que vigilaban el exterior de la prisión y que eran controlados desde las celdas, el penal de Nuevo Laredo. En las últimas semanas, vimos cómo hubo fugas en Tijuana, en Tamaulipas, en Apatzingan, en el penal de Nezahualcoyotl en el estado de México, y en todas ellas hubo complicidad de custodias y funcionarios. Ahora nos enteramos que el recién destituido director del reclusorio de La Palma, Guillermo Montoya, nombrado durante la administración de Alejandro Gertz en la SSP, en la cual, como ahora, Carlos Tornero era director de reclusorios, asumió ese cargo pese a que tenía en su contra órdenes de aprehensión, acusado precisamente de haber permitido la fuga de presos de un penal de Hermosillo, Sonora. Cómo llegó un hombre con esos antecedentes a dirigir La Palma es un misterio.

Pero hace bien López Obrador en aceptar la posibilidad de que haya intervención militar en los penales del DF porque en ellos la situación es similar a la de otros en el país. Quizás con la diferencia de que personajes políticos de alto nivel, con el respaldo del propio gobierno capitalino, son los que permiten que tengan el control de los penales. El caso más evidente es el de René Bejarano cuya protección, por cierto, alcanza cada día cotas mayores.

No se trata sólo de los privilegios de los que ya se ha hablado y que su esposa, la diputada Dolores Padierna, ha reconocido, como la comida especial (lo que ocurre con todos los presos que pueden permitírselo), sino también de la utilización de ropa que está fuera del reglamento (los detenidos deben portar ropa color caqui) como pants y tenis, que son los que suele utilizar Bejarano en el reclusorio. Tiene muchos otros privilegios, como por ejemplo, la visita, todos los días y a la hora que quiera, de su esposa, sus hijos y sus amigos, que suelen comer con él cotidianamente; la llegada de numerosos equipos electrónicos (incluso una pantalla de televisión de plasma, con su equipo de video y sonido, era tan grande que no cabía en la celda de Bejarano y fue llevada al comedor para compartirla con otros detenidos). Como lo ordenaba Osiel Cárdenas en el texto que dimos a conocer ayer en este espacio, Bejarano también está llevando comida y medicinas para otros reclusos y su organización, la corriente de izquierda democrática, está trabajando para darles apoyo material y legal, tanto a reclusos como a sus familias para allanar la situación de su líder detenido. El día 24 de diciembre, la camioneta de Dolores Padierna entró en la zona de alta seguridad del penal sin problema alguno y muchos aseguraron que allí salió Bejarano para festejar con los suyos la nochebuena. Para frenar esos rumores las autoridades del penal aseguraron que en realidad, Bejarano festejó esa noche en el reclusorio, acompañado por su familia, amigos e incluso funcionarios del gobierno capitalino, como el titular de transporte, Francisco Garduño, lo que evidentemente puede hacer cualquier otro detenido.
Pero el reportero Raúl Flores de Reporte 98.5, del grupo Imagen, divulgó ayer, con base en entrevistas de distintos custodios, que los contactos de Bejarano para tener el control del reclusorio sur, van más allá de las relaciones políticas y los privilegios del poder. Bejarano ha establecido en el reclusorio sur una estrecha relación con dos narcotraficantes para mantener ese control en sus manos: ambos estuvieron estrechamente ligados al cártel de Juárez y uno de ellos con unos antecedentes políticos que no pueden ser ignorados. Uno es el colombiano Diego Velásquez García, detenido el 27 de agosto de 1998, luego del decomiso de media tonelada de cocaína en el aeropuerto capitalino.

El otro es un reconocido narcotraficante con amplias conexiones políticas. Se trata de Eduardo Salazar Carrillo, un ex comandante de la policía judicial federal en Sinaloa y ex delegado de la PGR en ese estado, que trabajaba para el cártel de Juárez, y que fue detenido en dos ocasiones. Primero, en mayo de 1994 fue detenido llevando 300 mil dólares, junto con el ex comandante de la PJF, Gilberto Barrios. Eran parte de 2 millones de dólares que se tenían que entregar a distintas autoridades para dejar pasar drogas hacia Estados Unidos. Como lo señalamos en el libro Narcotráfico y Poder (Rayuela editores, 1998), fue capturado por el entonces capitán Horacio Montenegro, yerno y mano derecha del general Jesús Gutiérrez Rebollo que lo dejaría en libertad poco después. Tanto Gutiérrez Rebollo como Montenegro fueron detenidos tres años más tarde también por trabajar para el cártel de Juárez. En su declaración ministerial Montenegro asegura que Eduardo Salazar Carrillo, el hombre que cuida a Bejarano en el reclusorio Sur, estaba estrechamente ligado a Amado Carrillo (muerto en 1997) y Juan José Esparragoza El Azul , pero que el dinero que portaba al ser detenido era en realidad para el entonces (mayo de 1994) subprocurador de la PGR, Mario Ruiz Massieu y para el director de la PJF, Adrián Carrera Fuentes (ahora testigo protegido de la PGR), ambos funcionarios habían tenido estrecha relación con el gobierno capitalino en las épocas de Manuel Camacho Solís. Montenegro aseguró que él no fue quien decidió la liberación de Salazar Carrillo, sino que recibió órdenes, en esa época, nada menos que del secretario de la Defensa, Antonio Riviello, lo que nunca pudo comprobar.

Por el contrario, todo indica que fueron Montenegro y su jefe, Gutiérrez Rebollo, quienes enviaron a Salazar Carrillo, una vez liberado, a Quintana Roo, a trabajar en la relación entre el cártel de Juárez y el entonces gobernador Mario Villanueva Madrid. Allí, luego de la fuga de Villanueva, Salazar Carrillo fue nuevamente detenido en junio de 1999, acusado de almacenar municiones, de portación de armas de fuego, asociación delictuosa y delitos contra la salud.
Durante muchos años, René Bejarano cobró en el DDF, lo hizo en el periodo de Manuel Camacho y también durante la administración de Oscar Espinosa Villareal, periodo en el que consolidó su control sobre distintos organismos clientelares, relacionados, sobre todo, con la construcción de vivienda, los taxis piratas y el comercio ambulante, con relaciones obvias de estos grupos con sectores del crimen organizado. Quizás se trata de una casualidad, pero no deja de llamar la atención que la relación mediante la cual René Bejarano está consolidando su control sobre el reclusorio sur, según el excelente reportaje de Raúl Flores en Imagen, se esté dando con un personaje como Salazar Carrillo, un hombre ligado a su vez a Mario Ruiz Massieu, a Adrián Carrera Fuentes y Mario Villanueva (además de Montenegro y Gutiérrez Rebollo), todos políticos y funcionarios reconocidos, como Bejarano, por su calidad ética e integridad personal. De esta forma, igual que lo hace Osiel Cárdenas con La Palma, pero con mejores relaciones políticas, controla Bejarano el reclusorio sur. Señor López Obrador, si de verdad cree lo que dijo ayer, vaya solicitando la intervención militar en ese penal dependiente del gobierno capitalino.

miércoles, enero 05, 2005

Un chiste

Andrés Manuel y Nico, su chofer, perdon su Jefe de Logistica, paseaban por la carretera, cuando súbitamente atropellan a un cerdo, matándolo instantáneamente.

Andrés Manuel le dijo a Nico que fuera a la granja para explicarle al dueño lo sucedido.

Una hora mas tarde, ve venir a Nico tambaleándose, con un cigarro en una mano, una botella de vino en la otra y la ropa desarreglada.

-¿Qué pasó?- Preguntó el Jefe de gobierno a su Nico, y este respondió:

-Bueno, el granjero me dió el vino, su mujer el cigarro y su hermosa hija, me hizo el amor apasionadamente.

-Por Dios, ¿pues que les dijiste?

Les dije:

-Soy Nico el chofer de Andrés Manuel, ¡¡¡¡ y acabo de matar al cerdo !!!!

NOTA:

TODO AQUEL MEXICANO QUE RECIBA LA PRESENTE COMUNICACION, TIENE LA OBLIGACION CIUDADANA Y MORAL DE RETRANSMITIRLO A DIEZ AMIGOS EN DEFENSA DE MÉXICO Y LA DEMOCRACIA.

¡¡¡ Yo cumplí !!!